"(...) hay una serie de valores de la sociedad chilena que coinciden con los de él. Lo que en la Argentina era hosquedad, allá es contracción al trabajo; lo que en la Argentina era soberbia, allá es perfil bajo, humildad". [Rafael Bielsa, hermano de Marcelo / 20 de octubre, 2009]

lunes, 27 de octubre de 2008

Personaje del año: Marcelo Bielsa

Diario La Segunda
24 de julio, 2008



Las obsesiones, rarezas y secretas historias del "Loco" Bielsa



Dicen que es el entrenador que el mundo nos envida.


Porque hizo alcanzar a la Selección argentina su primer y único oro olímpico, porque ha esatdo tres veces en el podio de honor de los mejores seleccionadores mundiales en esta década y porque cuando no lleva ni un año en nuestro país ya tiene a todos convencidos de que efectivamente está provocando un cambio en las estructuras futbolísitcas chilenas.


Pese a toda su trayectoria, es muy poco lo que se sabe de él. Básicamente, que protege su vida privada (y también pública) a ultranza, que es bastante "gruñon", que está viviendo solo en Juan Pinto Durán mientras su familia permanece en Argentina y que engordó porque disfruta demasiado de la comida y de las galletas chilenas.


Para conocerlo un poco más, La Segunda viajó hasta su ciudad natal de Rosario, también al campo donde periódicamente descansa, al peculiar centro de salud donde en varias ocasiones ha intentado quitarse los kilos de más y conversó con quienes han sido sus amigos de años, los cuales revelaron aspectos hasta ahora desconocidos del argentino.


En Chile escudriñamos en su círculo de hierro. Aquellos que por las noches o incluso de madrugadas lo han visto salir a caminar por las canchas, felíz examinando el pasto. El mismo pasto que divide y subdivide con marcas, para demostrarles a sus pupilos por dónde deben correr. Es que Bielsa no conoce la palabra improvisación. Todo lo planifica, no se le escapa un detalle, todo le gusta perfecto. Está convencido de que lo que hace es lo correcto en el fútbol.


O se está con él, o contra él.





El "niño Marcelo"



Las singularidades de Bielsa no son nuevas. En su infancia nada hacía suponer que terminaría destacando en el fútbol. Su abuelo fue un jurista que escribió textos de Derecho administrativo estudiados hasta hoy en Argentina y su padre destacó en la misma profesión. También es abogado su hermano Rafael (ex canciller argentino) y su hermana, María Eugenia, arquitecta, se dedicó a la política.


En Rosario, La Segunda conversó con Eduardo Bermúdez, quien era el director técnico de las divisiones inferiores de Newell's Old Boys cuando conoció a Bielsa, quien aspiraba a llegar alto como jugador. "De una familia con plata, recuerdo que cuando lo iban a buscar a la casa el servicio lo llamaba 'niño Marcelo, lo vienen a buscar'. Era un chico muy inteligente, siempre con esas expresiones raras de genito".

Con algunos triunfos en el hombro, a los 25 años (1980) Bielsa decidió retirarse del fútbol, porque era lento y sabía que no brillaría al máximo. Estudió en Buenos Aires para ser preparador físico -recuerda Bermúdez- y a su regreso a Rosario se obstinó con ser DT del club de sus amores. "Me tenía loco. Me decía, Eduaro, ¿cuándo me va a traer a Newell's, cuándo?".



Jorge Griffa, el hoy mítico cazatalentos futbolísticos argentino, le entregó finalmente las divisiones inferiores. "Armó un equipo, donde estaba Gabriel Batistuta entre otros, y los volvió locos a todos. Trabajaba desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche. Luego Griffa lo mandó a buscar jugadores por todo el país, se consiguió un Fiat 600 y lo hizo".



Después, cuando se dio la oportunidad, nuevamente luchó con todo su ímpetu por ocupar el puesto de DT de primera división. Y lo logró, a principios de los 90. Bermúdez recuerda: "Acá en Newell's hablar de Bielsa es como hablar de Jesucristo, ganó cosas importantísimas. Cambió la historia del club, le dio un trabajo táctico, disciplinario, dos mil ideas por día".



Tuvo una pensión y un quiosco


Carlos Altieri, actualmente dedicado al negocio inmobiliario en Rosario, fue amigo de Bielsa durante décadas. Ya no, por razones que prefiere no detallar. Igual atesora muchos recuerdo. Como que "en Rosario tuvo una pensión hasta 1986, de esas donde llega gente como vendedores viajeros. También fue dueño de un quiosco de revistas el cual vendió a principios de esta década".


Agrega que en su juventud a Marcelo le gustaba fumar, "y como es un obsesivo, fumaba 2 0 3 cajetillas por día. Yo lo acompañé a Buenos Aires, cuando se hizo un tratamiento. Y no fumó nunca más".


Recalca que no es que la fama lo haya vuelto al ser introvertido y atípico que es hoy. "Siempre ha sido un tipo muy para adentro, de muy pocos amigos, totalmente distinto al común de la gente. Es sumamente inteligente, no sólo en el fútbol. A lo que se hubiera dedicado habría sido el número uno, porque tiene una extraordinaria capacidad de análisis y de proyectar. Cuando partió dirigiendo ya era un estudioso del fútbol, cualquiera que supiera del tema se daba cuenta de que era un adelnatado. Si hace 25 años, cuanmdo aquí no había videos, el pedía que le mandaran los del fútbol europeo".



"Y es íntegro a carta cabal", recalca, como todos los que conocen a Bielsa. "Honesto, insobornable", son otros adjetivos que se repiten.


- ¿Por qué cree que dejó la Selección argentina?

- El no es de quedarse después de que triunfa, porque una vez logrado el objetivo es muy difícil volver a repetirlo. Y es una decisión inteligente, porque de esa forma siempre tiene las puertas abiertas. Y jamás un jugador habló mal de él, aún perdiendo. Es una muy buena persona, nunca te va a traicionar. Es un tipo distinto, que habla de frente. Ahora, para mi gusto es demasiado frontal. Es capaz de decirte cualquier cosa, por más hiriente que sea.


También es explosivo.


Bermúdez relató a La Segunda que "un día un jugador estaba en entrenamiento, el ayudante de campo lo sacó y el hombre tiró la camiseta. Marcelo lo llevó a utilería, cerró la puerta con llave, y le dijo: con el desplante que hiciste en la cancha, por qué no nos agarramos a trompadas. Así guapeó al pibe. Marcelo es un loco.




Puede Llamar a un Dirigente de Madrugada

Bermúdez tampoco es ahora cercano de Bielsa. "Él decía que yo era empresario (manejaba jugadores) y no quería tener relaciones con empresarios" No sé qué le pasó. El tiene su personalidad, su forma de vida, yo la mía. Lo respeto, pero como todo tipo distinto en su actividad, es muy jodido. Los dirigentes tienen que aguantarlo, porque puede llamarlos a las 2 o las 4 de la mañana. Recuerdo que para el Mundial del '94 estaba en el Atlas de México y mandó a Estados Unidos a 24 personas, una por cada equipo en competencia, para que le entregaran una carpeta con informes técnicos".

Sus enemigos están fuera de la cancha: el peor hoy en Argentina es quien lo contrató, el zar del fútbol sudamericano, actual vicepresidente de la FIFA y presidente de AFA, Julio Grondona. Están peleados a muerte, irreconciliables.

En Rosario, está peleado con la gente de Newell's, su ex club, cuyo estadio prometió no volver a pisar. Y ha cumplido.

De hecho, Bermúdez no le perdona que Bielsa no viajara a Rosario cuando hace poco hicieron un homenaje nacional a Jorge Griffa. "Es su ídolo, alguien a quien reconoce y respeta, pero me dijo que él no está para esas cosas. Y estaba todo Rosario esperándolo. Si nunca se le ve. Un día un amigo fue a visitarlo a Maximo Paz y Marcelo le dijo que en la plaza habría un auto, que lo siguiera. Así lo hizo y a las cuatro cuadras el vehículo paró y se bajó Bielsa. Para mí tiene un daño psicológico, o está obsesionado con esto y se ha enfermado. Pero es como Maradona, Dalí, todos genios. Y es respetado por todos. Mauricio Macri, de Boca Juniors, lo llamó 20 veces porque quería tenerlo, pero no lo atiende".

Departamento a orillas del río Paraná

Desde que aceptó venirse a Chile ha viajado con cierta frecuencia a su natal Rosario. Allá está su esposa Laura Bracalenti y dos hijas adolescentes. Su mujer es una destacada arquitecto (conoció al DT siendo compañera de universidad de María Eugenia Bielsa), quien tiene varias publicaciones en internet sobre urbanismo, hechas en el marco de su trabajo en la Universidad de Rosario.

El hogar de los Bielsa-Bracalenti está en el piso 17 de un exclusivo edificio ubicado en uno de los mejores sectores de la ciudad, justo frente al río Paraná .

Claro que ni siquiera cuando vivía en Argentina era seguro encontrarlo allí. Muchas veces se va al campo de su suegro (a 80 kilómetros de Rosario) solo. Y cuando hizo una especie de retiro tras abandonar la Selección argentina, arrendó una casa en un pueblo a 200 kilómetros de si ciudad natal, mientras la familia permanecía en Rosario. "La señora viví acá, porque las hijas van al colegio", recuerdan cercanos.

En Chile, Bielsa no ha variado su costumbre de hacer muy poca vida social. Para estar más cerca del trabajo se instaló en un remodelado Juan Pinto Durán, y no es amigo de salir a visitas sociales. Hace poco anduvo haciendo algunas compras por el Parque Arauco. Todo el mundo lo miraba, pero nadie se le acercó, ni para tomarse una foto, ni para pedirle un autógrafo.

Pocas veces se le ha visto sonreír. Cuando Chile gana y convierte un gol, se toma un sorbo de agua mineral, mientras en su entorno saltan y se abrazan.

Tampoco usa otra vestimenta que no sea deportiva. De hecho él mismo contó como anécdota que se vio "obligado" a colocarse una chaqueta el año pasado para la graduación de una de sus hijas.

Es amante del buen cine y el teatro. Su momento más distendido, según quienes lo conocen, es la sobremesa. Esa es la instancia en que se relaja y cuenta anécdotas de su vida en el fútbol tan buenas que llega a sacar carcajadas entre sus acompañantes. Por el contrario, sus momentos más difíciles son los partidos de La Roja. Ahí su grado de estrés es máximo. Su agotamiento después de cada encuentro es tal, que después de algunos encuentros ha terminado sobre una camilla por más de 15 minutos, como ocurrió en Venezuela.

Todos esperan que sea uno de los entrenadores más trascendentes que hayan pasado por el fútbol chileno. Por de pronto, con un 53, 85% de rendimiento en trece partidos, ocupa el tercer lugar entre los técnicos de La Roja más exitosos de la historia.



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